El HIFU es un tratamiento no invasivo que usa ultrasonidos para regenerar la piel, ofreciendo resultados rápidos y pocos efectos secundarios. Originalmente empleado en el tratamiento de cánceres y tumores sólidos, funciona mediante ablación térmica, aplicando calor para remodelar áreas específicas sin dañar los tejidos adyacentes. Su ventaja radica en su precisión al tratar solo los tejidos deseados sin afectar los cercanos.
¿Para qué sirve?
El tratamiento HIFU ofrece varios beneficios:
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Seguridad y precisión.
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Adecuado para todo tipo de pieles, independientemente del tono.
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Aplicable en cualquier estación, incluso en verano, sin ser fotosensibilizante.
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Mejora la elasticidad y firmeza de la piel.
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Resultados claros y rápidos, similares a la cirugía.
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Requiere pocas sesiones al año (3 o 4).
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No invasivo, permitiendo a los pacientes retomar su rutina de inmediato.
¿Cuánto tardaré en ver resultados?
El tratamiento requiere pocas sesiones para ver resultados notables. Cada sesión puede durar entre 30 minutos y 2 horas, dependiendo de la zona y la cantidad de grasa o flacidez. Los cambios en la piel son visibles desde la primera sesión, pero conforme el cuerpo elimina la grasa acumulada, los resultados mejoran. El calor del ultrasonido estimula el colágeno, cuya reestructuración toma 21 días, haciendo que la piel luzca más joven y firme.
¿Es adecuado para mí?
El tratamiento HIFU es recomendado para personas con flacidez o grasa localizada en áreas como el abdomen, glúteos o rodillas, que no han logrado eliminarla con dieta o ejercicio. Es una opción para aquellos que buscan mejorar su cuerpo sin cirugía. Sin embargo, no es adecuado para personas con heridas abiertas, lesiones en el área de tratamiento, acné, implantes metálicos o para aquellos con flacidez severa u obesidad, a quienes se les recomienda mejorar su situación con un tratamiento alimenticio antes de considerar el HIFU.